Guía para hacerse vegetariano
Convertirse en vegetariano es mucho más que un cambio de dieta, es un cambio de posición con respecto a la salud, al medio ambiente y a los demás seres que habitan nuestro entorno.
Implica que uno ha meditado sobre uno o varios aspectos de un hábito que por lo general queda fuera de la conciencia de muchas personas. Alimentarse bien y saludablemente, es la mejor manera de mantener un cuerpo fuerte, estar en forma, cuidar el medio ambiente, y sobre todo adoptar una actitud de respeto hacia los animales, los cuales sufren en silencio y resignadamente las consecuencias del accionar humano. La explotación, el hacinamiento, el dolor y la muerte que se infringe a los animales para obtener sus productos, es innecesaria.
Una dieta vegetariana equilibrada está en armonía con la salud, con el sentido de compasión hacia los animales, y con nuestra capacidad para sobrevivir en el planeta. Es posible llevar una forma de vida más saludable, mas compasiva y más feliz.
El cambio gradual
Como todo cambio requiere gradualidad, hay que informarse primeramente sobre lo que el cuerpo necesita para nutrirse y mantenerse equilibrado. Es recomendable que el cambio sea progresivo, meditado, y consciente. Al comienzo puede parecer un esfuerzo, pero en la medida que uno va descubriendo el mundo vegetariano, sus sabores, sus colores, sus beneficios para la salud, y la conducta ética hacia los animales, ya no querrá volver nunca más hacia atrás. La consulta a un nutricionista especializado en vegetarianismo puede resultar de gran ayuda en el armado de un menú equilibrado.
Implica que uno ha meditado sobre uno o varios aspectos de un hábito que por lo general queda fuera de la conciencia de muchas personas. Alimentarse bien y saludablemente, es la mejor manera de mantener un cuerpo fuerte, estar en forma, cuidar el medio ambiente, y sobre todo adoptar una actitud de respeto hacia los animales, los cuales sufren en silencio y resignadamente las consecuencias del accionar humano. La explotación, el hacinamiento, el dolor y la muerte que se infringe a los animales para obtener sus productos, es innecesaria.
Una dieta vegetariana equilibrada está en armonía con la salud, con el sentido de compasión hacia los animales, y con nuestra capacidad para sobrevivir en el planeta. Es posible llevar una forma de vida más saludable, mas compasiva y más feliz.
El cambio gradual
Como todo cambio requiere gradualidad, hay que informarse primeramente sobre lo que el cuerpo necesita para nutrirse y mantenerse equilibrado. Es recomendable que el cambio sea progresivo, meditado, y consciente. Al comienzo puede parecer un esfuerzo, pero en la medida que uno va descubriendo el mundo vegetariano, sus sabores, sus colores, sus beneficios para la salud, y la conducta ética hacia los animales, ya no querrá volver nunca más hacia atrás. La consulta a un nutricionista especializado en vegetarianismo puede resultar de gran ayuda en el armado de un menú equilibrado.
Las dietas saludables
No hay una sola dieta, sino múltiples capaces de ser al mismo tiempo sanas, equilibradas, sabrosas y compasivas para con los animales. Dependiendo del período vital que uno esté transitando la dieta equilibrada puede variar en sus requerimientos. (Infancia, embarazo, vejez, etc.)
La dieta debe proveer todos los nutrientes y energía que el cuerpo necesita para realizar sus funciones, así como también brindar una cuota de placer del buen comer.
Informarse de lo que el cuerpo necesita
Para estar equilibrado el cuerpo necesita nutrientes que deben ser adquiridos por medio de los alimentos. Según la etapa por la que se esté transitando, estas necesidades podrán ir variando y la dieta podrá adaptarse a esta etapa. Informarse sobre lo que el cuerpo necesita en cada etapa de su desarrollo ayuda a mantenerse sano y fuerte.
Básicamente el cuerpo necesita alimentarse para:
- Producir energía, para moverse, mantener el calor corporal.
- Crecimiento, reparación de tejidos y reproducción.
- Algunos componentes no nutrientes, pueden servir como factores de protección en la prevención de algunas enfermedades.
¿Qué necesitamos de los alimentos?
Proteínas: Necesarios en la formación y reparación de los tejidos y células del cuerpo.
Alimentos que apotan proteinas: Semillas de girasol, quesos, cebada, frutos secos, garbanzos, lentejas, porotos, semillas de calabaza, tofu.
Grasas: Proporcionan una reserva energética. Proporciona los medios para almacenar algunas vitaminas esenciales. Aporta amortiguación a los órganos, y es fundamental para mantener sano el sistema nervioso.
Alimentos con grasas: Aceites, granos de soja, palta, maní, aceitunas, choclo, almendras, nueces.
Hidratos de carbono: Es la principal fuente de energía de la dieta.
Alimentos que aportan hiratos de carbono: Panes integrales, arroz integral, papas, batatas, pastas, garbanzos.
Fibra: Ayuda en la mecánica de la digestión, previniendo numerosas enfermedades.
Alimentos que aportan fibra: Frutas y verduras, avena, zanahoria, porotos, arroz integral, bananas, arándanos, salvados (trigo, avena, etc).
Vitaminas y minerales: Son vitales para el organismo. Generalmente se requieren en pequeñas cantidades.
Alimentos que aportan vitaminas y minerales: Frutas y verduras variada, cereales, legumbres, lácteos y derivados.
Agua: Presente en casi todos los alimentos, e indispensable para el mantenimiento de la vida.
Algunos consejos para lograr una dieta equilibrada
Es importante que la dieta incluya en cada comida, o en las comidas del mismo día, un poco de cada uno de los componentes que el cuerpo necesita. Por lo tanto el primer principio a tener en cuenta es que la dieta sea variada. Debe incluir alimentos de diferentes grupos: cereales, frutas y verduras, hortalizas, legumbres, lácteos y derivados, frutos secos, aceites, etc. Los nutrientes se encuentran distribuidos homogéneamente en los distintos grupos de alimentos. El cuerpo posee la sabiduría de incorporar lo que necesita de cada uno de ellos.
Debe haber un balance adecuado entre ellos, para que no haya exceso de algunos componentes y ausencia de otros.
Luego es importante que la ingesta sea moderada manteniendo un peso adecuado, evitando la obesidad y sus consecuencias.
Se aconseja preparar en lo posible los propios alimentos, conectándose de esta forma con el arte de preparar los alimentos con conciencia. Proveerse de recetas ricas y saludables ayuda a conocer la diversidad de los alimentos y preparaciones posibles.
Disfrutar con conciencia de los alimentos, y del placer de comer de forma conciente ayuda al cuerpo a incorporar los alimentos, así como a la mente a expandir sus fronteras.
Jap Nirantar Singh
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